Con el líquido obtenido de una cocción de plantas medicinales, se empapa un paño de algodón y se aplica a la parte afectada del cuerpo.
Las compresas pueden ser frías o calientes, dependiendo del efecto terapéutico que se persiga.
Fiebre, se moja una toalla con agua del grifo y se frota por todo el cuerpo, se tapa al enfermo y a sudar en la cama.
Una vez aplicada la última toalla, volvemos a empezar por la primera, y así tres veces en total.
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